ENTREVISTA A SUSANNA HERRERO y PRESENTACIÓN DE EL CHICO DE LA ÚLTIMA FILA

Feliz Año a todas y todos los seguidores del blog y otras personas que hayáis llegado a esta entrada !! (a los nuevos os digo que si os apetece, podéis quedaros:))

Me complace muchísimo contar hoy en
 CONOCIENDO AUTORAS, con la presencia de Susanna Herrero, que muy amablemente se ha prestado a ser la primera autora entrevistada después del parón navideño.  

Además, vamos a provechar la ocasión para hablar con ella de su última novela que se publica el próximo día 15 de Enero, EL CHICO DE LA ÚLTIMA FILA.

BREVES DATOS BIOGRÁFICOS :

Susanna Herrero nació en Bilbao en 1980. Es licenciada en Derecho Económico y su trabajo la obliga a pasar muchas horas en el coche. Tantos viajes en solitario conspiraron con su gran imaginación para crear a los personajes que, más tarde, se convertirían en los protagonistas de su primer libro: Los saltos de Sara. Apasionada de la lectura desde que a los diez años leyó por primera vez La historia interminable, nunca pensó en escribir su propia historia, pero no pudo darles la espalda a Sara Summers y compañía. Podéis visitar el blog de Susanna para leer su biografía extendida y su página de autora en  Amazon donde encontraréis todos sus libros.

Susanna Herrero Blog

Susanna Herrero Amazon 

Hola Susanna !! Bienvenida a Meraki. El blog de @Seshat. Un placer contar contigo. Explícanos un poco de ti :

1- Leyendo tu Bio, explicas que desde que tienes uso de razón, querías escribir, pero tenías miedo a dar una parte de ti. ¿Cómo conseguiste vencer ese miedo a las letras?

Más que miedo, era que ni siquiera me lo planteaba, no era una opción. ¿Yo, escribir? ¡Era una locura! Fueron los personajes de la saga de Sara Summers los que me obligaron a hacerlo. Los veía en todas partes y ya no sabía qué hacer para que salieran de mi vida y me dejaran comer, dormir, pasear o darme una ducha tranquila, jeje. Se me ocurrió plasmar todo lo que me decían en un papel y… fue el inicio de todo, aquella era la manera de sacarlos de dentro: escribirlos. A ellos se lo debo todo, a Sara, Olly, Adam, Daniel, Pear…

2- Te defines como escritora de romántica. ¿Te imaginas en otro género teniendo en cuenta tu afición por los libros de fantasía y aventura?

Sí, totalmente. De hecho, ya he empezado a escribir fantasía, me lo pedía el cuerpo. Yo me guio mucho por lo que me pide el cuerpo, que me pide mucho, ya que estamos, jajaja. Se trata de una bilogía y tengo escrita la primera parte y el inicio de la segunda. Tiene tintes románticos, pero, sobre todo, tiene fantasía y aventura. Y no descarto escribir otros géneros en el futuro.

3- Todas tus novelas son auto publicadas, ¿va a cambiar eso en un futuro próximo? ¿Te apetecería publicar alguno de tus libros en editorial?

No creo que cambie a corto plazo. Estoy muy contenta en la auto publicación; es duro, porque todo el peso recae sobre mí, pero para alguien como yo, obsesiva del control, es genial poder controlarlo y decidirlo todo. Y no solo me refiero a la portada, sinopsis, título... Es más un tema de fechas. De no tener un deadline para nada. Tal vez en la bilogía de fantasía sí me vaya a editorial, porque creo que es algo que podría funcionar en editorial. Ya se verá.

4- Sobre tus rutinas de trabajo. ¿Cómo te organizas para escribir y compatibilizar todos los demás aspectos de tu vida?

Estos primeros años han sido complicados, tenía que compatibilizar la escritura con mi trabajo de auditora de cuentas en una multinacional, con los niños, la casa… No podía más. Puede parecer que dormir está sobrevalorado, pero no lo está. Al final, te acaba pasando factura. Me sobraba algo. Y tuve que elegir. Hace unos meses decidí apostar por la escritura, porque me apasiona y me llena (creo que he dado con lo que “es lo mío” totalmente) y pedí una excedencia en el trabajo. Ahora escribo por las mañanas y tengo todo el resto del día para lo demás. Estoy muy contenta. Además, así puedo conciliar mucho mejor mi trabajo con la educación de los peques, que crecen demasiado rápido y no quiero perderme nada, me puedo organizar para ir a verlos nadar, o estar con ellos en casa cuando no tienen clase; adapto sus vacaciones a las mías. Ellos también están encantados.

5 – ¿Tienes algún ritual o manía a la hora de escribir? ¿Qué no puede faltar en tu mesa ?

Poco ritual y pocas manías. Música de fondo y un boli a mano para sujetar en las manos mientras releo.

6- Para escribir la historia perfecta de romántica, ¿Qué proporciones crees qué debe tener el “cocktail” ideal? (desarróllalo como quieras... música, romanticismo, sexo, familia, humor, amor... sobre 100 o sobre 1000) 😉

Pues nada de lo que has nombrado, jajaj. Para mí, no existen normas, de hecho, la típica estructura de novela romántica de manual yo me la he saltado bastante. Como lectora, ni me fijo en esas cosas. La historia perfecta tiene que ser perfecta para el escritor, tiene que enamorarse de ella, tiene que sentirla dentro. Sentirla de verdad, sentir a los personajes, quererlos, conectar con ellos... Y ellos van a ser los que le digan qué música escuchan, cuánto sexo tienen, cómo es su familia, si son graciosos o serios, responsables o alocados… Si se meten en la piel del escritor… yo creo que también se meten en la piel de los lectores. Porque eso se nota. Cuando un escritor ha disfrutado y amado la historia que ha escrito, esas emociones traspasan el papel.

7- Sobre El chico de La última fila ... Es tu primera historia LGTBI. ¿Te ha supuesto algún problema esa diferencia a la hora de desarrollar a los personajes y su relación ?

Ninguno. Hugo y Dylan (los protagonistas de la novela) me han calado muy dentro. Lo hicieron desde el primer momento y yo… me dejé llevar por ellos. Y me lo pusieron tan fácil. Los quiero con locura. Se abrieron a mí desde la primera página y escribir su historia ha sido una experiencia inolvidable, de las más bonitas que he tenido desde que empecé a escribir. Tanto es, que aún me palpitan. Aún los veo por todas partes. Nunca me había pasado, normalmente, cuando escribo la historia, los personajes dejan de vivir a tope en mi cabeza, pero Hugo y Dylan siguen ahí.

8- Si tuvieses que convencer a las lectoras que no te han leído nunca, y tienen muchas lecturas pendientes, de que le diesen una oportunidad a El chico de la última fila ¿qué les dirías?

Que si yo me he enamorado de ellos, ellas también pueden hacerlo. Y si lo hacen… si lo hacen leer se convierte en algo más.

9- ¿Por qué esta historia en concreto y no otra? ¿Supongo que tu afición por la música rock tuvo algo que ver, no? 😄

Yo creo que mi afición por la música en general influye mucho en mis novelas. Tal vez demasiado, jajaja, pero no lo puedo evitar. Llevaba mucho tiempo queriendo escribir una historia donde el protagonista fuera un cantante de rock, me apetecía darle una vuelta de tuerca a la figura del típico rockero. El verano pasado estuve en el concierto de Bon Jovi y Dylan apareció de la nada. Apareció con mucha intensidad. Lo vi encima del escenario tan tan nítido… y en el público, junto a mí, vi a Hugo Cabana. Ni siquiera estaba pensando en Hugo, no buscaba su historia. Pero llegó.

10- ¿Quieres añadir algo más sobre este segundo libro de la Serie Cabana o sobre algún futuro proyecto ? Porqué, ¿tenemos familia Cabana para rato, no? ( y nosotras encantadas)😊

(Risas) solo añadir que cuando escribí la historia de Priscila y Alex (Aquel último verano) jamás pensé que la familia Cabana se fuera a convertir en lo que son ahora para mí. Cuando publiqué la novela, ni siquiera entraba en mis planes escribir las historias de los hermanos, no a corto plazo, ni a medio plazo. Aquel último verano acabé de escribirla más de un año antes de publicarla, en ese periodo escribí tres novelas que no tenían nada que ver con ellos (No es amor, es diciembre, la primera parte de la bilogía fantástica y otra juvenil sentimental que tengo en el cajón y que no sé muy bien qué voy a hacer con ella). Cuando me metí a fondo en El chico de la última fila recuperé todo ese mundo, ese mundo del que me había enamorado con Priscila, Alex, Jaime y el resto de los Cabana. Así que sí, tenemos familia para rato. La tercera parte de la serie ya está escrita, la historia de River Cabana, y acabo de empezar a escribir la cuarta parte. Es una gozada pasar tiempo con esta familia y no quiero pensar en cuando acabe el quinto libro… va a ser muy duro.

Sospecho que para las seguidoras/es de la serie Cabana,también va a ser duro😔💓Personalmente puedo asegurarte que como lectora de diversos géneros, me encantará ver como te desenvuelves en otros registros, si te apetece y se da el caso.

Te agradezco mucho tu colaboración y este adelanto que nos has traído al blog para todas/os tus lectoras/es. Un abrazo y muchísimos éxitos en este proyecto y en todos los que emprendas. De nuevo mi agradecimiento y te esperamos aquí siempre que lo desees !!😘

***

No conocía la canción que interpretaban en el escenario, pero sonaba a despedida. Cuando el vocalista dejó de cantar y las luces del recinto se encendieron, obtuve la confirmación: se había acabado.
Apenas me dio tiempo a moverme —y eso que la marea de gente que abandonaba el concierto no hacía otra cosa que empujarme y derramar más cerveza sobre mi ropa— cuando nuestra otra amiga, Marta, con el teléfono en la oreja, comenzó a gritar y a saltar de ¿alegría? Desde luego, eran saltos más potentes incluso que los que había dado en el concierto.

—Nos vamos directos al backstage.

—¿¿Quééé?? —exclamó Eli—. ¡Me tomas el pelo! ¿Cómo lo has conseguido? He oído que acceder a él cuesta más de mil euros.
—No nos va a costar ni un euro. Una, que tiene contactos.
Marta nos cogió a los tres del brazo y nos guio al escenario. No recuerdo muy bien lo que sucedió a continuación: demasiada gente, demasiada cacofonía a mi alrededor y demasiadas prisas. Lo único que sé es que para cuando quise darme cuenta de lo que me rodeaba, me encontraba entre bambalinas a menos de dos metros de Dylan Carbonell.

Y… guau. El chico es guapo. Eso es innegable. Y puede que la palabra «guapo» para referirse a él sea el mayor eufemismo del siglo. Puede. Las pocas ocasiones en que lo había visto en televisión, o incluso encima del escenario minutos antes, ya me resultaba atractivo, pero en persona… en persona es perfección pura. Me impactó su belleza. Me impactó porque no me la esperaba. Me impactaron sus ojos claros pintados de negro y la indomabilidad que exudaba por cada poro de su piel. Me recordó a James Dean. Al jodido James Dean.

El «amigo» —o lo que fuera— de Marta que nos había colado en aquel lugar detrás del escenario, lleno de cables, instrumentos musicales, gente y sudor, hizo una breve presentación. Debía de ser alguien cercano al grupo para que permitieran que nos aproximáramos tanto. Pronunció los nombres de mis tres compañeros en voz alta y se detuvo al llegar al mío.

—Y tú eras… —Realizó una floritura con la mano, señalándome. No se había quedado con mi nombre cuando Marta se lo había dicho.

—Hugo Cabana.

—Hugo Cabana —exclamó Dylan con un matiz de burla en su voz, que para nada se asemejaba a la que utilizaba para cantar. Duda resuelta—, con apellido y todo. Encantado, Hugo Cabana.

***

El «amigo» —o lo que fuera— de Marta que nos había colado en aquel lugar detrás del escenario, lleno de cables, instrumentos musicales, gente y sudor, hizo una breve presentación. Debía de ser alguien cercano al grupo para que permitieran que nos aproximáramos tanto. Pronunció los nombres de mis tres compañeros en voz alta y se detuvo al llegar al mío.

—Y tú eras… —Realizó una floritura con la mano, señalándome. No se había quedado con mi nombre cuando Marta se lo había dicho.

—Hugo Cabana.

—Hugo Cabana —exclamó Dylan con un matiz de burla en su voz, que para nada se asemejaba a la que utilizaba para cantar. Duda resuelta—, con apellido y todo. Encantado, Hugo Cabana.

Besis

El «amigo» —o lo que fuera— de Marta que nos había colado en aquel lugar detrás del escenario, lleno de cables, instrumentos musicales, gente y sudor, hizo una breve presentación. Debía de ser alguien cercano al grupo para que permitieran que nos aproximáramos tanto. Pronunció los nombres de mis tres compañeros en voz alta y se detuvo al llegar al mío.

—Y tú eras… —Realizó una floritura con la mano, señalándome. No se había quedado con mi nombre cuando Marta se lo había dicho.

—Hugo Cabana.

—Hugo Cabana —exclamó Dylan con un matiz de burla en su voz, que para nada se asemejaba a la que utilizaba para cantar. Duda resuelta—, con apellido y todo. Encantado, Hugo Cabana.

Besis

El «amigo» —o lo que fuera— de Marta que nos había colado en aquel lugar detrás del escenario, lleno de cables, instrumentos musicales, gente y sudor, hizo una breve presentación. Debía de ser alguien cercano al grupo para que permitieran que nos aproximáramos tanto. Pronunció los nombres de mis tres compañeros en voz alta y se detuvo al llegar al mío.

—Y tú eras… —Realizó una floritura con la mano, señalándome. No se había quedado con mi nombre cuando Marta se lo había dicho.

—Hugo Cabana.

—Hugo Cabana —exclamó Dylan con un matiz de burla en su voz, que para nada se asemejaba a la que utilizaba para cantar. Duda resuelta—, con apellido y todo. Encantado, Hugo Cabana.

Besis

El «amigo» —o lo que fuera— de Marta que nos había colado en aquel lugar detrás del escenario, lleno de cables, instrumentos musicales, gente y sudor, hizo una breve presentación. Debía de ser alguien cercano al grupo para que permitieran que nos aproximáramos tanto. Pronunció los nombres de mis tres compañeros en voz alta y se detuvo al llegar al mío.

—Y tú eras… —Realizó una floritura con la mano, señalándome. No se había quedado con mi nombre cuando Marta se lo había dicho.

—Hugo Cabana.

—Hugo Cabana —exclamó Dylan con un matiz de burla en su voz, que para nada se asemejaba a la que utilizaba para cantar. Duda resuelta—, con apellido y todo. Encantado, Hugo Cabana.

Besis