PÉTALOS DE PAPEL

TÍTULO: PÉTALOS DE PAPEL

AUTORAS: IRIAG. PARENTE Y SELENE M. PASCUAL

ILUSTRACIONES: PAULINA KLIME

EDITORIAL: MOLINO

GÉNERO: NEW ADULT, FANTASÍA

SINOPSIS: 

Dani es una chica normal. O lo era hasta que un libro se la tragó y llegó a Albión, una dimensión regentada por una clase noble que impone sus normas escondida tras sonrisas fingidas y bailes a medianoche. Un mundo en el que los visitantes como ella son meros siervos a su merced.

Marcus es el heredero de la familia Abberlain y el único con el poder de devolver a Dani a casa. Un don que muchos envidian y quisieran controlar a cualquier precio. Un paso en falso y la vida que Marcus ha construido con tanto esmero escudado tras una máscara de indiferencia podría derrumbarse a su alrededor.

Cuando sus historias se entrelacen, Dani y Marcus harán temblar la bien asentada jerarquía de Albión, pero...

Alterar el orden es peligroso.

Y ni siquiera el amor puede desafiar al destino.

OPINIÓN Y VALORACIÓN PERSONAL: 

Pétalos de papel es la primera novela que leo de Iria G. Parente y Selene M. Pascual, dos jóvenes y exitosas autoras de literatura juvenil. Esta, es la primera historia que compartieron con sus seguidores en su blog y que ha sido reescrita y publicada, unos cuantos años después por Editorial Molino (Penguin Random House)

Me ha parecido una bonita novela, de prosa evocadora y nostálgica. Narrada a dos voces las de Dani y Marcus y plagada de recuerdos, nos contarán su historia en un mundo ficticio, uno más entre otros, en el que es de vital importancia que los libros y  quienes llegan a través de ellos, topen con las personas adecuadas, para que el más antiguo de los conflictos, la lucha entre el bien y el mal, se decante hacia el lado correcto. 

Para ello, Dani, una librera de Madrid aficionada a los Juegos de Rol, deberá aprender a adaptarse al mundo de Albión. 

En este, el clasismo, la hipocresía y los secretos, han condicionado la vida de Marcus Abberlain, un aristócrata de mirada violácea y poderes mágicos; y la de las personas de su entorno.

Pétalos de papel, nos habla de valores universales facilmente reconocibles: amistad, lealtad, justicia y valentía entre otros y a su vez nos muestra la otra cara de la moneda. Su ritmo de lectura es ágil, aunque ha sido en la última parte en la que me he sentido totalmente enganchada. 

La historia de amor entre sus protagonistas es saludable, emotiva y además creíble, natural y coherente dentro del contexto de literatura fantástica en el que se desarrolla.

Por último, decir que la metáfora entre los mundos a los que viajamos los lectores a través de los libros, y una historia donde puedas viajar físicamente a otros mundo a  través de estos, me ha parecido una idea muy acertada y un gran ejercicio creativo.

CONCLUSIÓN: 

Impecablemente desarrollada y con un elenco de secundarios que bien podrían tener su propia historia, recomiendo su lectura a cualquier lector de más de diecisesis años que valore la calidad por encima del género literario y las etiquetas de todo tipo. Yo por mi parte, me apunto conocer más historias de Iria y Selene, con las que tuvimos el placer de charlar por video llamada en el Teen Spirit Books Club de Barcelona.

PUNTUACIÓN: 4/5 📚

"Aparté la vista para observar el volumen que tenía entre mis manos, el mismo que habíamos usado para mandar de vuelta a la visitante de la noche anterior.  Horas atrás había estado lleno de magia, con las tapas cálidas y ese halo de energía que a veces se queda anclado a las páginas tras abrir un portal a otro mundo. En ese momento era solo un objeto inanimado más."

***

"(...) Solo siento que nunca supiera que esto podía llegar a pasar, que podías llegar a otros mundo a través de un libro: le habría encantado. Adoraba los libros. Todos. Siempre me decía: "El día que yo me marche, me habré ido a uno"(...) Pensé que se había ido a aquellas páginas a descubrirlas por fin hasta el final."

***

"No me atrevía a pensar en amor, pero sabía que Marcus y yo ya nos echábamos de menos incluso estando el uno al lado del otro.  A mí me pesaba el hueco en la memoria que tendría su nombre, los rastros de caricias que nunca sabría que llevaba en la piel (...) A veces simplemente duele perder la idea de lo que puedes llegar a ser".