TÍTULO : Memorias de un salvaje
AUTORA : Srta. Bebi
EDITORIAL : Planeta
GÉNERO : Narrativa
SINOPSIS:
K tiene 19 años y una vida un tanto peculiar. Cuando su padre es asesinado en un ajuste de cuentas, se ve obligada a compaginar sus estudios con un trabajo muy poco convencional: el de recepcionista y chica de los recados en un local de alterne clandestino. Bajo la amenaza de los proxenetas y la asfixia de la deuda, vivirá de cerca los horrores que el sistema de la trata de mujeres conlleva. La experiencia la llevará a gestar una metamorfosis que marcará su paso de la adolescencia a la edad adulta.
Las mujeres que allí conoce y la violencia intrínseca al mundo criminal —que también sentirá en sus propias carnes— hará que comience a pensar en defenderse. Para ello acudirá al club de boxeo de Ram, un chico al que la violencia de género también le ha marcado la vida. Pese a las corazas que ambos portan, la curiosidad de este le llevará a interesarse y preocuparse por ella hasta hacerla pensar que quizá sí existan los hombres que aman a las mujeres.
Pero un desafortunado suceso hará que las luces de neón comiencen a parpadear.
Las mujeres que allí conoce y la violencia intrínseca al mundo criminal —que también sentirá en sus propias carnes— hará que comience a pensar en defenderse. Para ello acudirá al club de boxeo de Ram, un chico al que la violencia de género también le ha marcado la vida. Pese a las corazas que ambos portan, la curiosidad de este le llevará a interesarse y preocuparse por ella hasta hacerla pensar que quizá sí existan los hombres que aman a las mujeres.
Pero un desafortunado suceso hará que las luces de neón comiencen a parpadear.
VALORACIÓN Y OPINIÓN PERSONAL:
Escrito por Bebi Fernández, activista online, criminóloga y especialista en violencia de género, Memorias de una salvaje es un libro con un estilo descarnado y directo muy adecuado en el marco contextual en el que discurre y teniendo en cuenta que nos habla de trata y explotación sexual de las mujeres.
K, su protagonista, es una chica joven que no se ha reconciliado todavía con la niña que fue, y que como tantas mujeres asume responsabilidades que no le tocan a pesar de ser por edad, poco más que una adolescente. Las vivencias junto a sus compañeras, en un entorno en el que la violencia es un modo de vida, y resistir es la única esperanza, harán que este grupo de mujeres, descubran mucho de ellas mismas y de sus compañeras y algunas de estas revelaciones, serán realmente inesperadas.
La primera parte del libro la he sufrido, es tan incómoda como necesaria. A partir de la aparición de Ram y de las situaciones que se crean entre él y Kassandra, he sonreído más de una vez, también era indispensable. Este personaje, chico de barrio hecho a sí mismo, mestizo, con pinta de duro y buen corazón, es el instructor de defensa personal de K y ocupa un lugar bastante secundario en la historia; aunque su papel es el justo y comedido y está completamente desligado del paternalismo, me hubiese gustado saber más de él, creo que se podría haber trabajado un poco más. Ram Y K lucharán como alumna y maestro y también porque sus sentimientos no les atrapen, aunque tendréis que leer el libro para saber si eso sucede. Esta no es una historia de amor romántico y está muy lejos del sentimiento tóxico asociado a la educación de las mujeres a lo largo de los siglos sobre el que nos habla Bebi al final del libro.
- Es que algo en ti me está llamando. Solo que tu no lo escuchas, solo lo escucho yo- dijo Ram
Me ha gustado mucho que en todo momento quede claro que existen hombres que sí valen la pena (faltaría más), sus apariciones son breves pero frecuentes.
Todo en el libro es real y a la vez metafórico (el tablero de ajedrez, las apariciones de K a los seis años, todos los tipos de mujeres, el agua, el fuego, el hielo) Al final del libro la autora escribe una nota muy interesante al respecto.
Las escenas de violencia pueden herir sensibilidades, pero creo que son necesarias para el fin que pretende la autora.
En la última parte del libro he sentido que ese movimiento, esa acción-reacción, ese fuego que siente la protagonista iba creciendo en mí, hasta llegar al final. Uno de los giros finales lo he visto venir, el otro no y me ha gustado mucho, para mí ha dotado de verosimilitud toda la recta final y esa cadena de complicidades que salen a la luz a través de la evolución de todas las mujeres presentes en estas particulares memorias.
A pesar de su aspereza, es un libro lleno de reflexiones poéticas, que nos habla de como y porque se corrompe el ser humano (a veces monstruosamente y sin justificación posible), de como las mujeres somos capaces de contestar nuestras dudas si nos realizamos las preguntas correctas, también de la esperanza, de la sororidad en mayúsculas, de muchos temas asociados con la violencia de género (alcoholismo, racismo, clasismo) y que nos hace reflexionar sobre porque el feminismo es algo básico y la lucha por los derechos de la mujer nos atañe a todas y a todos.
La esperanza no puede confundirse con la cobardía, porque entonces dejas de convertirte en alguien que espera para convertirte en alguien que se marchita, como una flor esperando que alguien la riegue (...) El movimiento es necesario, la esperanza debe ser acción.
Para finalizar os dejo una cita que he tenido en la cabeza durante buena parte de la lectura.
Quien no se mueve no siente sus cadenas.
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